Te vuelvo a extrañar, aún a sabiendas que tu presencia existe en mí, aún sabiendo que tu vibración me acompaña, pero es inevitable no extrañarte.
Días como hoy, la esperanza queda anclada, la realidad me mira de frente a la cara, y yo no logro sostenerle la mirada, me amedrenta.
Hoy, hasta parece que todo es una fantasía de mi ilusa mente, ¡pobre, tonta y vana mente que creyó en el amor!
Hoy te extraño más que nunca, aunque tu espíritu esté anclado en el mío y viceversa. Te extraño y tengo celos hasta de mi propia sombra.
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